Antonio Ballester Moreno, Lilli Hartmann, Samuel Labadie, Light Centre, Diego Paonessa
Mas-Art Gallery, Barcelona. Noviembre 2009 – Enero 2010
La liberación cómica reúne la actitud irónica e inestable de artistas que, partiendo de la inmediatez del dibujo, indagan y exploran las posibilidades de huída y reinvención de lo normativo y estable en base a una búsqueda utópica de realización imposible. Un ejercicio de confianza máxima en aquello que, más allá de la trampa o el engaño, se postula honestamente como certeza al margen de sus múltiples irregularidades e impedimentos lógicos.
La liberación cómica supone un diálogo donde las obras de Antonio Ballester-Moreno, Lilli Hartmann, Samuel Labadie, Light Centre y Diego Paonessa reflejan sus complicidades para/con el receptor desde un talante compartido ante el hecho artístico: el intento de salvación figurada – y de ahí su comicidad – ante lo preestablecido y prefijado de antemano. En definitiva, un trabajo flexible en arte capaz de generar fisuras temporales que trastoquen, aunque sea de manera insignificante o inútil, lo que percibimos como inamovible y seguro. Y ahí, en esa supuesta falta de practicidad y seriedad que constantemente padecen las prácticas artísticas, es donde la capacidad subversiva y desestabilizadora del arte tiene aún mucho que decir.
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La liberación cómica brings together the ironic and unstable attitude of artists such as Antonio Ballester Moreno, Diego Paonessa, Lilli Hartmann, the Light Centre collective (Simon Evans and Sara Lannan) and Samuel Labadie. Artistic proposals that, based on the immediacy of drawing, investigate and explore the possibilities of flight from and reinvention of the normative and stable based on a utopian search that cannot be realised. An exercise in total trust in that which, beyond tricks and deceit, honestly puts itself forward as certain despite its multiple irregularities and logical impediments.
La liberación cómica means an expository dialogue in which the drawings of five artists reflect their complicity for/with the receiver and a shared willingness in the face of the artistic event: the attempt at figurative salvation – and from this their comicalness – in the light of what is established and fixed in advance. In short, a flexible work in art capable of generating time fissures which disturb, albeit in an insignificant or useless way, what we perceive to be unmoveable and sure. And it is here, in this supposed lack of practicality and seriousness that artistic practice constantly suffers from, where the subversive and destabilising capacity of art still has a lot to say.
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Antonio Ballester Moreno
La pintura y los dibujos de Antonio Ballester Moreno (Madrid, España, 1977) implican un retorno a lo simple y básico; un regreso que lo equipara con otros contextos como el folclore o la artesanía en busca de una potencialidad libertaria que el arte parece haber perdido. Un acto consciente y voluntario por necesidad y rebeldía que refleja una posición ideológica marcada por el anarquismo y por influencias complementarias como la pintura de Paul Klee, el Art Brut de Dubbufet, el outsider art, el arte folk americano o el tratado sobre La desobediencia civil de Henry David Thoreau y su compromiso político y pacifista. Dibujos que ofrecen un tipo de representación muy instintiva y visceral. Plantas, animales, personajes y cosas rápidamente identificables y reconocibles que, liberadas de prejuicios formales y conceptuales, se establecen simplemente (y revolucionariamente) como lo que son. Una labor obsesiva y acumulativa en la que, como vemos en Monos, Flores rojas, Frutas, Sin Título Hombre, Sin título Demonio y Sin Título el artista prescinde de pensamientos y cargas intelectuales para poder dibujar con absoluta libertad.
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Lili Hartmann
El trabajo de Lilli Hartmann (Rosenheim, Alemania, 1976), repleto de tintes autobiográficos y articulado a través de continuos desdoblamientos de personalidad – elementos que la artista examina desde el video, el dibujo o la performance-, surge de fragmentos de realidad cotidiana que funcionan como dispositivos de entrada a relatos ficticios. Una narrativa que también nace de lo más simple: su propia intimidad y su ámbito doméstico, para incidir irónicamente en nuestra capacidad de identificación y empatía con los estereotipos y clichés que diseña nuestra cultura, muy vinculados al cine y por tanto también a la figura seductora del actor. Un uso de la farsa explícita que, desde una parodia tragicómica, nos enfrenta a aspectos emocionales y compartidos – singulares e universales a la vez – como son la expectativa, la frustración, la ilusión, el deseo o la nostalgia.
Love Letters (2000-2006), colección de cartas de amor recibidas a lo largo de los años por gente que admira – artistas como Paul McCarthy, Sophie Calle o el dibujante Robert Crump; músicos como Jeffrey Lewis o Ivor Cutler; o cineastas como Woody Allen o Werner Herzog – establece un juego de ficciones, falsificaciones y mentiras evidentes que le permiten exhibirse a partir de lo que sus supuestos admiradores opinan sobre ella. Un acto ingenuo y descarado de construcción indirecta de ella misma que nos incita a creer en situaciones que identificamos como imposibles o muy poco probables. Por otro lado, Untitled drawings (2005) consta de tres dibujos a lápiz centrados en el momento previo a la representación del actor. Una serie que, con la ayuda del texto breve, invita a imaginar y especular sobre lo que la acción, simplemente porqué aún no ha trascurrido, parece escondernos.
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Samuel Labadie
Samuel Labadie mantiene un trabajo centrado en el dibujo y en la indagación constante de nuevas posibilidades de interacción entre el hecho artístico y la realidad simbólica que nos rodea. Una manera de entender el arte de herencia simbolista y romántica caracterizada por la búsqueda incansable de unos ideales que nunca acabará de encontrar; una barrera que, tanto el artista como los personajes que crea para dicho fin, conocen de antemano. Una investigación que le lleva a incluir en sus relatos nociones como el humor, la ironía, el sarcasmo o el fracaso anunciado.
Su nueva producción Un viaje a Akalsa – una serie de dibujos sobre madera y una fotografía final realizados expresamente para la exposición – surge de un error inicial del artista: escribir “Akalsa” en vez de Alaska. Un detonante a partir del cual Labadie comienza a dar forma a la crónica visual de un supuesto viaje a dicho territorio. Un lugar sostenido por el equilibrio entre la realidad (Alaska) y la ficción (Akalsa) en el que cohabitan diferentes intereses: el humanista, romántico y expedicionario (fascinación por la naturaleza salvaje), el antropológico (las convivencia entre las bases militares americanas y la cultura esquimal), el socioeconómico (la extracción de petróleo y la construcción del oleoducto Trans Alaska Pipeline), el geopolítico (la estratégica posición geográfica del Estrecho de Bering), el mitificado (su imaginario personal sobre la idea de Alaska sin haber estado nunca) y el absurdo (la existencia simbólica de Akalsa). En este sentido, y pese a salirse del campo del dibujo, la fotografía final del explorador observando un salmón muerto supone una irónica síntesis sobre todo el proyecto.
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Light Centre
La obra reciente Light Centre, colectivo formado por Simon Evans (Londres, Reino Unido, 1972) y Sarah Lannan (1984), investiga los límites del objeto cotidiano desde el intento obsesivo de liberarlos de las relaciones de subjetividad y los imaginarios que éstos generan. Una estrategia conceptual que les lleva a establecer continuos ejercicios de clasificación y ordenación de objetos banales y carentes de importancia. Un recurso paródico que enlaza con la noción de simulación y simulacro de Jean Braudillard y con su definición del objeto como nuevo “amo del juego” en detrimento del sujeto. Colecciones y archivos de objetos que, despojados de su funcionalidad y su valor subjetivo, se erigen como fetiches despersonalizados y desimbolizados.
What people want (2009) muestra múltiples listados de cosas (listas de la compra, de cosas por hacer, etc…) sacados de contexto y convertidos en reliquia. Pequeños papeles escritos en los que la información textual deviene un auténtico dibujo. A continuación, Table 1 – Subculture promenade (no more pop) (2009) exhibe sobre una mesa toda una serie de objetos del entorno próximo de los artistas (plato, desatascador, ordenador portátil, pila de cd’s, rotulador, etc…) etiquetados con enunciados irónicos. Una suerte de display que, como si se tratase de una muestra antropológica, convierte cada uno de los objetos en una simulación fantasmal en blanco y negro.
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Diego Paonessa
Toda la obra artística de Diego Paonessa (Buenos Aires, Argentina ,1970) propone una lectura procesual de la acción de dibujar, estableciendo así un guiño conceptual en relación a la figura del artesano; en este caso desde la técnica y la construcción de máquinas capaces de pintar y dibujar por si solas. Un tipo de automatismo que, por su connotación paródica e inútil, se aleja del surrealismo y las teorías del subconsciente para centrarse en el proceso absurdo de producción de aparatos mecánicos que cuestionan el beneficio de la máquina en base a resultados incontrolados, erróneos y antimecánicos. Para ello, el artista parte de la apropiación y reinvención de motores, herramientas y materiales de baja tecnología que reutiliza y modifica a su antojo para conseguir un resultado imprevisto: dibujos abstractos de carácter gestual y orgánico que, tras un gran esfuerzo técnico, se presentan al espectador como soluciones cercanas a la subjetividad del trazo humano.
La exposición recoge la máquina Fuente (2009) – un generador de energía reutilizado con ocho dispositivos diseñados para dibujar – y Cronografías (2009), el resultado final de la misma. Dibujos temporales realizados por la máquina durante sus 60 o 120 minutos de funcionamiento. Es decir, un tipo de dibujo mecánico (aunque no lo parezca) que ya no depende de un tiempo de pensamiento sino simplemente de un tiempo de ejecución.
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